miércoles, 2 de junio de 2010

Telenovelas mexicanas que marcaron época

Muchas telenovelas han marcado la historia de la pantalla chica, aquí les presentamos unas que definitivamente han sido inolvidables:

La primer telenovela mexicana
Muchacha italiana viene a casarse
En 1971 se realizó Muchacha italiana viene a casarse, la primera telenovela mexicana que alcanzaría fama en todo el continente. Tanta fue la popularidad de la saga de la emigrante napolitana- quien con chantajes consigue empleo en la casa de unos estrafalarios y misteriosos millonarios- que, por primera vez, se dio el fenómeno de tener que alargar una teleserie. La historia combinaba los elementos necesarios para ser un éxito: un romance amor-odio; una respetable familia que ocultaba siniestros secretos; una mansión lóbrega llena de pasadizos escondidos, y un héroe con tantos defectos como enemigos. Angélica María como Valeria Donati y Ricardo Blume como su "Giovanni Francesco" se convirtieron en una de las más recordadas parejas de los culebrones.

Los ricos también lloran
Si las telenovelas ya habían conquistado al continente americano fue con Los Ricos también lloran (1979) que conquistaron al mundo entero. Millones de espectadores lloraron junto a la huerfanita Mariana interpretada por Verónica Castro. Adoptada por un millonario, Mariana termina casándose con el hijo mayor de este. La popularidad de la telenovela obligó a un aumento de capítulos que llevarían a la heroína a perder la razón y abandonar a su hijo en un parque, para volver a encontrarlo quince años más tarde.





La Colorina
A fines de los 70's, Arturo Moya Grau inventaba para la televisión chilena una heroína "sui generis", cabaretera, alcohólica y casi una prostituta. En 1980, Televisa creó su propia versión de La Colorina, y al igual que en Chile, el cuento de una rumbera que se embaraza de un millonario y accede a venderle a su hijo, causó escándalo y sensación. Lucía Méndez, famosa en esos años por sus papeles de ingenua en Mundos Opuestos y Viviana, accedió a darle vida a Fernanda. La subtrama, en que Colorina regresa años más tarde con tres hijos entre los cuales el héroe debe descubrir al suyo, ayudó a aumentar la popularidad de la telenovela. En el 2001, Colorina pasó a ser rubia y se convirtió en La Güera Salomé apuntándole otro éxito a Edith González.



El Derecho de nacer
B.Caignet triunfó en los años 20's con su radioteatro El Derecho de Nacer, un dramón lleno de intrigas, sexo y racismo. Fue llevada a la pantalla grande y en Cuba se hizo una telenovela. Televisa no se quedó atrás y tres veces ha narrado la historia de Albertico Limonta y sus madres: la blanca y aristocrática Maria Elena del Junco y María Dolores, una humilde negra. Brilló por su calidad la que en 1981 produjo Don Ernesto Alonso, con una ambientación fidedigna del Veracruz de los 50’s y la Vero Castro en el papel de una hija de familia que enfrenta el drama de ser madre soltera.




Quinceañera
El género juvenil nació a fines de los 80’s y de la mano de Carla Estrada. La primera telenovela juvenil se llamó Quinceañera y fueron sus protagonistas un par de caritas no muy conocidas pertenecientes a una tal Adelita Noriega y a una miembro del grupo musical Timbiriche, llamada simplemente Thalía. Fue una historia que hizo época, combinando lo rosa, para siempre asociado con los vestidos que las heroínas usan para su baile de quince años, con algunas temáticas crudas para ese entonces tales como la drogadicción, la violación, los embarazos adolescentes y la delincuencia juvenil. Sebastián Ligarde se robó la novela como el villano Memo que se hizo inolvidable con su peinado "punk" y sus famosas expresiones como "Serena, Morena".


Carrusel
Las telenovelas infantiles han tenido muchos éxitos y uno clásico fue Carrusel en 1999. Basado en Jacinta Pichimahuida de Abel Santacruz, Carrusel narraba la vida de una maestra de primaria y su díscola clase. Gabriela Rivero fue la dulce maestra Jimena cuya vida parecía no existir fuera del espacio escolar. Entre los niños, destacaba la presumida María Joaquina interpretada magistralmente por la debutante Ludwika Paleta.



Dos mujeres, un camino
Hoy en día es común ver en una telenovela personajes que hablan spanglish, galanes traileros, y cantantes gruperos, pero en 1993, cuando Emilio Larrosa produjo Dos mujeres un camino, el concepto era revolucionario. Dos mujeres contaba la historia de Johnny (Erick Estrada), un trailero de Tijuana que se encontraba dividido entre dos mujeres, al mismo tiempo que vivía entre dos culturas, la mexicana y la americana. Junto a las aventuras galantes del trailero, Larrosa incluyó una subtrama que involucraba al entonces popular grupo musical Bronco, y que permitió la incursión en las telenovelas de la siempre recordada Selena.


La Mentira

La Mentira, de Caridad Bravo Adams, tiene un record de éxitos, ya que tanto en formato de libro como en filme y telenovela ha causado revuelo. Marga López, Julissa, Maricruz Olivier y Daniela Castro han dado vida a la desdichada Verónica cuya única culpa es tener un nombre que comienza con "V" y una prima con alma de víbora. En 1998, La Mentira volvió a la pantalla chica con olor a tequila y una pareja de primer impacto formada por Kate del Castillo y Guy Ecker.


Simplemente María
Cuando Simplemente María fue hecha en Perú, en los 60's, se convirtió en el primer fenómeno telenovelero en cruzar el continente. La escritora Celia Alcántara hizo historia con la saga de la pueblerina analfabeta que llega la gran ciudad y es engañada por un niño bien. El hecho de que esta Cenicienta lograra salir adelante por su trabajo la diferenció de sus pasivas contemporáneas y la convirtió en un ejemplo positivo para la mujer. Una historia tan potente tuvo que volver a hacerse. La última vez fue en 1989 con Victoria Ruffo en el protagónico y se convirtió en una de las telenovelas mexicanas más vendidas en el mundo.


Alcanzar una estrella

Luis de Llano a comienzos de los 90's comenzó a ensayar con un nuevo género, la telenovela musical y su primer gran éxito fue Alcanzar una estrella. Esta era la historia de Lorena, un patito feo (Mariana Garza), que vive alucinando por un cantante de rock (Eduardo Capetillo). El alto rating ameritó una secuela, Alcanzar una estrella II, en donde sobresaldrían Ricky Martin, Sasha y Bibby Gaitán.


Muchachitas
Emilio Larrosa impuso un patrón de telenovela juvenil en 1991. Kate del Castillo, Cecilia Tijerina, Emma Laura y Tiaré Scanda eran las Muchachitas, cuatro jovencitas de diferentes estratos sociales. El esquema de seguir la vida de un grupo de amigas sería reutilizado por Larrosa en proyectos futuros como Soñadoras y Amigas y Rivales, donde el productor trataría temáticas mas audaces como la drogadicción y el SIDA.


Las Marías
En los 90’s, la trilogía de las Marías convertiría a Thalía en la reina de las telenovelas. Aunque las tres estaban basadas en éxitos anteriores, fue la presencia de la ex Timbiriche, la que les daría a las nuevas versiones un gran arrastre con el público. María Mercedes (1992) inició la serie que sería seguida por Marimar (1994) y sellada por María la del Barrio. Fuese como vendedora de boletos de lotería, costeñita o pepenadora, Thalía hechizaba con sus travesuras y cómico lenguaje. En Maria Mercedes curaba a su esposo de impotencia y peleaba con Laura Zapata, su hermana en la vida real; de recolectora de basura pasaba a gran dama en Maria la del Barrio; pero fue pero fue en Marimar donde Thalía se lució interpretando a una costeñita que se casa con un niño bien que la abandona y la humilla, hasta el punto que debe reinventarse y renacer como una diosa de venganza.


Corazón salvaje
Dos veces en la pantalla y otro tanto de veces convertida en telenovela, pero la tercera fue la vencida. En 1993, los televidentes presenciaron la telenovela más romántica de todos los tiempos, la pareja más apasionada del género, y un rol que haría inmortal a Eduardo Palomo. Escrita por Caridad Bravo Adams, Corazón salvaje, narraba la erótica atracción de una novicia por el amante de su hermana, un pirata contrabandista apodado Juan del diablo. Las playas de Nayarit sirvieron de marco a esta pasión tormentosa que, a diferencia de otras versiones, no esperaba al último capitulo para consumarse. Notables por su sensualidad y buen gusto fueron las escenas de alcoba de Juan del Diablo y las hermanas de Altamira. Edith González estuvo exquisita como la novicia "Santa Mónica" e igualmente impresionante estuvo Ana Colchero como la trágica Aimeé.


Todas la historias que se cuentan tienen plasmados sentimientos de todo tipo, pero siempre el amor triunfa ante la adversidad...Momentos para recordar...













































































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